lunes, 18 de octubre de 2010
Si todo lo que nos estuvimos prohibiendo todo este tiempo estaba en la cabeza. Una barrera entre sensorial y física que nos aplastaba, nos oprimía. Eso que nos hace sentir que está mal, que le falta algo, que no deberíamos. Como si algo de todo esto se pudiera simplificar, empaquetar y guardar en un cajón. Junto con todas esas otras cosas que no queremos ver. Como si algo de todo esto pudiera impedirse, como si no fuera nato, como esos primeros treinta segundos que conocés a alguien y no sabés por qué pero te da una impresión. Toda esa imagen que nos preocupamos por mantener todo el tiempo puede caer en un minuto frente a alguien que en serio te está mirando. Fijo y a los ojos. Y ya dejan de importar todas las morales, los valores, los prejuicios. Dejás de lado un rato los problemas, los tirás al piso junto con tantas otras cosas y lo que puedan llegar a decir te va a interesar muy poco cuando vuelvas a tu casa y te des cuenta que es sólo una cuestión de regar.
lunes, 4 de octubre de 2010
tengo que dejar de hablar en "nosotros"
Como si fuera una entidad, como si tuviera algún tipo de peso. Ese nosotros inventado de quién sabe cuándo, y el que lo dijo por primera vez seguramente era un perverso. Como si el nosotros hubiera logrado alguna vez algo excepto pre nupciales y divorcios. Como si el nosotros pudiera más que el yo de cada uno, como si no se destrozase con un par de palabras o un par de miradas. Un nosotros sarcástico, inmaduro que no ve más allá. Un nosotros mentiroso, fraudulento que lo único que quiere hacer es engañarnos. Ese nosotros que sin parecerlo siempre está tramando algo atrás nuestro. Un nosotros digno de ser aplaudido por su grandeza idílica en los cuentos y escupido por sus bajezas en la calle. Ese nosotros de bar y de primavera, de comida en la boca y patos. Ese nosotros infantil, casi de globos de plaza. Un nosotros que intenta seguir a pesar de todo, un nosotros que se auto engaña. Ese nosotros pedorro que cuenta chistes y se queda dormido al rato. Ese nosotros que da ternura y a la vez asco. Ese nosotros que juramos que duele cuando no está y extrañamos; y a pesar de lo mucho que lo querramos de vuelta cuando llega sigue siendo la misma mierda de antes. Ese nosotros que juega al poeta y se hace el intelectual. Ese otro nosotros que nos atrapa por su simpleza e inocencia. Un nosotros soberbio que mira desde arriba a los otros nosotros como si fuera mejor. Es cuando el yo se hace chiquitito ante el imponente nosotros. Ese nosotros que no sabemos bien cómo manejar, que mejor dicho nos maneja a nosotros, nos termina dando una patada en el culo.
domingo, 3 de octubre de 2010
Errare humanum est
Lo gracioso y patético de esta situación es este momento. Es estar comiéndome la cabeza sola, cual una gran pelotuda. Saber que vos seguís con tu vida, con tu día a día tan divertido ni siquiera te ponés de mi lado ni un segundo. Seguramente ni siquiera pienses qué me pasa ni un minuto de tu puta existencia (que bien puta y bien merecida la tenés). Que de TODAS las personas a las que le comento la situación algo para opinar tienen, como siempre, somos todos en este mundo gran opinólogos de lo ajeno y no movemos el culo ni tres centímetros cuando se trata de algo nuestro. Soy totalmente conciente de que la cantidad de cosas que yo me maquino por segundo en la cabeza no te pasan a vos ni media vez cerca. Que no importa lo mucho que lo quiera verbalizar, no me va a salir claramente. Leo todo como si fuera una especie de acción-reacción, pero como si todo tuviera que serlo. Es muy loco pero no todo tiene que ser analizado seis veces como para que cobre sentido o tenga un fin o tenga un patrón o trates de encontrar una causalidad en las cosas. No todo tiene por qué leerse de atrás para adelante o viceversa, no todo es reversible. Todas las cosas obviamente pueden re-interpretarse a posteriori, eso está claro. No todo está para siempre, no siempre todos están para uno. Uno muchas veces no está para nada dentro de sí y muchas otras no sabe bien quién está dentro de uno.
Otras veces nos arrepentimos de cosas que hicimos, el 90% restante es de cosas que no. ¿Y por qué no me pregunto muchas veces? ¿Por qué no dar el paso? ¿Por qué no seguir adelante? Es el miedo ese que te paraliza los pies y te encalla en pleno cemento. Es ese callar en los momentos claves. Es clave superarlo, no importa lo que sea que nos retiene. Renegar de la posición fácil en la que nos movemos todos los días y estamos sumergidos. De esas poses que tenemos, de las maneras y las formas, que vida hay una sola y hay que bailar..
Otras veces nos arrepentimos de cosas que hicimos, el 90% restante es de cosas que no. ¿Y por qué no me pregunto muchas veces? ¿Por qué no dar el paso? ¿Por qué no seguir adelante? Es el miedo ese que te paraliza los pies y te encalla en pleno cemento. Es ese callar en los momentos claves. Es clave superarlo, no importa lo que sea que nos retiene. Renegar de la posición fácil en la que nos movemos todos los días y estamos sumergidos. De esas poses que tenemos, de las maneras y las formas, que vida hay una sola y hay que bailar..
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