domingo, 28 de febrero de 2010

sí pero no

Si fuera por la cantidad de cosas que me molestan de vos, no me deberías gustar. Para nada. De hecho te debería odiar como los siempre mal cagados verduleros de Arlt o como un asmático odiaría con toda su ira a la ciudad eternamente llena de polvo de Macondo. O como personalmente odio el frío de Chéjov. Te debería odiar cuando hacés esa cosa con la boca cuando comés que todavía no entiendo. Te debería odiar por tu constante jaqueca. Te debería odiar por tu falta de constancia. Te debería odiar cuando me pedís comida. Te debería odiar porque me hacés regalos caros en forma de chantaje. Te debería odiar porque no usás manteca de cacao. Te debería odiar cuando ya elegiste la película. Te debería odiar por lo empalagoso que te ponés. Te debería odiar cuando te vas por las ramas. Te debería odiar porque sos demasiado directo. Te debería odiar cuando te ponés machista. Te debería odiar porque escuchás la mitad de lo que te digo con suerte cuando tenés sueño. Te debería odiar cuando te ponés pesado. Te debería odiar cuando no te importa. Te debería odiar cuando me discutís pelotudeces. Te debería odiar cuando no discutis con altura por pelotudeces. Te debería odiar cuando confesás tu amor por una rubia. Te debería odiar cuando decís guarradas. Te debería odiar por mandarme mensajes después de mil años. Te debería odiar por ese acto reflejo que tenés por cuidarme. Te debería odiar por todas las veces que me dijiste "me olvidé qué te estaba diciendo B". Te debería odiar por la cantidad de cosas que me debés. Te debería odiar porque me hacés amoldarme. Te debería odiar porque cocinás mucho mejor que yo. Te debería odiar porque me hacés pensar en otras coas. Te debería odiar porque me pongo ociosa con vos. Te debería odiar cuando me profesás amor eterno. Te debería odiar por esa ropa que usás. Te debería odiar por la manera en que hablás. Te debería odiar por la manera en que juzgás. Te debería odiar cuando oficiás de hermano mayor sin autorización. Te debería odiar cuando pagás todo vos. Te debería odiar cuando me hacés conocer a tus amigos y me presentás como un trofeo. Te debería odiar por tus hábitos monótonos. Te debería odiar porque te desaparecés de la faz de la tierra por eras. Te debería odiar por ser tan soberbio. Te debería odiar porque nunca lo hablamos. Te deberia odiar cuando me estrujás los cachetes. Te debería odiar porque la manera en que me mirás me intimida. Te debería odiar porque me hago chiquita al rededor tuyo. Te debería odiar porque vos al lado ahuyentas cualquier tipo de hasta pedida de cigarrillo. Te debería odiar porque si no estás al lado y quiero que los ahuyentes no puedo sola. Te debería odiar en sí porque no puedo sola. Te debería odiar cuando tenemos las mismas ideas. Te debería odiar cuando no me llamás. Te debería odiar porque estando con otros se nota la diferencia.
Te debería odiar.
Te voy a odiar.
Te odio.
Pero la verdad, no puedo.

martes, 23 de febrero de 2010

G

Qué suerte que no me pediste perdón
qué suerte que no fuiste ese día
qué suerte que secándote las lágrimas habrías mi herida
qué suerte que pasó.

Qué suerte que dolió
qué suerte que no te diste ni cuenta
qué suerte la mía
que suerte que no te vi más.

Qué suerte que lo intentaste
qué suerte que seguiste
qué suerte que crecimos
qué suerte que reíste.

Qué suerte que te animaste
qué suerte que fue así de rápido
qué suerte que pasaste
qué suerte que no te quedaste.

qué suerte..qué bien, qué suerte!

no pero sí

Y no, no necesito que me muestres el camino y mucho menos pedirte perdón por eso. No necesito tu sweater, no necesito que me corras la silla, no necesito que pongas cara de aflijido cuando te cuento ciertas cosas, no necesito que me pelees cuando te estoy pidiendo que me escuches, no necesito tener que hacerme una idea (ni mucho menos tú idea), no necesito que me integres, no necesito tu indignación, no necesito tu mirada cómplice, no necesito que te compadezcas, no necesito que agravies, no necesito que te dividas y compartas, no necesito a toda tu gente, no necesito tus peleas semanales, no necesito comentarle al mundo tus nimiedades, no necesito tener conversaciones por vos, no necesito que seas tan omnipresente, no necesito tener que ser tan indirecta (pero lo soy), no necesito tu mimo convalenciente, no necesito tu enfermedad crónica, no necesito del timing, no necesito que creas que sabés lo que digo, no necesito que pienses lo que siento, no necesito perderme en otros (pero lo hago), no necesito que hables de mí, no necesito ni siquiera que hables conmigo, no necesito que te cause gracia, no necesito que seas tan putamente solemne, no necesito de tu orgullo, no necesito de tu bondad, no necesito darte nada, no necesito abrirme, no necesito estar tan expuesta (pero lo estoy), no necesito que estés tan cerrado, no necesito que te importe, no necesito que me cuentes, no necesito que aparentes, no necesito que aparezcas, no necesito que calles, no necesito que me lo digas, no necesito que lo sientas, no necesito que te disculpes, no necesito que te acuerdes, no necesito que tengas que hacer memoria, no necesito que me preguntes, no necesito que sea retórica, no necesito tu poca visión, no necesito tus fallidos, no necesito analizar tus cosas, no necesito de tu empujón, no necesito que me mandes, no necesito que me digas quién soy, no necesito que vuelvas, no necesito que me cuentes, no necesito me que entiendas, no necesito que te ofendas, no necesito que te acerques, no necesito de tus confidencias, no necesito de tus heridas, no necesito tus balas, no necesito tus escritos, no necesito tus lugares, no necesito pasar y acordarme, ni siquiera necesito odiarte.
No necesito que me necesites. No te necesito hace bastante pero a veces te quiero.

,

¡Pero que no caramba! Me niego iracunda ante la mera sospecha de estar cediendo, me ofusco como pocas si la rutina amenazante toca la puerta de mi cuarto, me encierro en mí misma si es lo que hay que hacer con tal de no dejarla pasar, me niego ahora y trecientas sesenta y cinco veces más a conformarme, me molesta ya el hecho de pensar que podría hacerlo, no me siento a esperar que pase, no te espero, ya ni siquiera te escucho, me ofende verme como una de esas que criticamos, me imagino de gris y brotan de mi boca barbaridades, nos veo de blanco y me siento una hipócrita, te quiero arcoiris siempre cambiante, nos necesito mariposa que ve todo por primera vez en un día, quiero los mil y dos días, espero todas las lunas, me gustan sólo algunas flores, me enferma al punto de caer en cama que no me conozcas todavía, me pone nerviosa como los fideos que se pegan a la olla que no me entiendas, peleo esta y todas las batallas y no te voy a dejar pasar hasta estar segura de que vos tampoco lo hagas..

Me da escalofríos pensar en el día en que ceda mi tiempo al paso.

domingo, 21 de febrero de 2010

distancia-tiempo-relaciones

El tiempo: ¿es un factor importante a la hora de decidir si nos gusta o ya nos dejó de gustar alguien? ¿Dónde se traza la línea que delimita la diferencia entre “me encanta” y ya “no me llama tanto”? ¿Qué pasa en el medio como para poder decir con un dejo de angustia “me aburrí”?
La distancia: ¿es un factor decisivo cuando nos gusta alguien? ¿Puede uno prestarse concientemente a tratar de acortarlas sabiendo que siempre va a estar? ¿Dónde se pone el “parate” si te das cuenta de que lo que estás haciendo es bastante enfermizo? ¿Cuándo nos hace el clic en la cabeza y sabemos que hay ciertas distancias que están hechas para no ser recorridas?
Y la distancia que pasa a través del tiempo: ¿nos cambia como personas? ¿Define nuestras relaciones? ¿Dónde uno tiene que pisar firme y aceptar que, a veces, alejarse es lo mejor?
Si hay una relación directa entre tiempo y distancia que termina siendo la velocidad: ¿hay alguna manera de saber dónde va toda esa energía que uno le pone, toda la esperanza que le imprime o una ecuación para determinar cuándo se terminó? ¿Hay alguna relación entre lo que uno quiere y lo que uno puede? ¿Existe una forma de averiguar cómo es que pasa todo esto y nosotros ni enterados?

miércoles, 17 de febrero de 2010

?

Te invitaría a un viaje largo, perdidos en nuestras miradas y haciendo el camino con nuestros besos. Te diría que te quedes así celebramos, no sé exactamente qué pero supongo que todas las ocasiones que nos perdimos de celebrar. Te comentaría lo bien que se te ve con el sol de la mañana y lo mucho que te sientan los trajes en la noche. Te diría que me salvaste es poco. Te comería con mermelada para el desayuno y dejaría algo de vos para el almuerzo. Te leería todos los fragmentos de los cuentos que me gustan antes de ir a dormir. Te hablaría horas y horas de lo mucho que me hacés reir si no se lo tomasen tan a pecho, pero la realidad es que me sonrío con sólo pensarte. Te acompañaría hasta el fin del mundo si lo necesitás, total solo me pierdo cuando no estoy con vos. Creería en Alá, en Heidegger o en Bolt si así me lo dijeses. No tendría problemas en confrontar los cimientos fundamentalistas y ortodoxos donde me paro día a día, si eso hace que te quedes un rato más. Te seguiría corrigiendo y esperaría que vos hicieras lo mismo. Indagaría sobre dónde venís y dónde querés ir hasta que asocies tu pasado inmediato conmigo y asegurarme que estamos yendo juntos. Te daría infinitos besos y abrazos, porque cansarme de eso..nunca. Te presentaría con todos mis amigos y conocdios, por la mera envidia nada más. Me estrellaría con todos tus jércitos de yoes. Me pelearía de por vida con la gente que quiero si tratasen de llevarte la contra. Daría mi libertad entera por verte realmente contento. Compensaría todo el mal que te hicieron. Me encargaría de asegurarte de todo. Y sos de las pocas personas que no me alegraría ver más felices sin mí.
Es una lista interminable de condicionales pero a la práctica no llevo nada, porque todavía no sé qué pensás.

Volver

Hay días en los que no estoy extremadamente lúcida. Mejor dicho, días en los cuales ni siquiera estoy despierta. Momentos que aunque lo intente no puedo hacer lamabraes con las palabras y sus signficados. Semanas que soy la inactividad en persona, desmembrando situaciones pasadas, matando neuronas y tiempo al mismo ritmo. Capitalizando; ordeno y jerarquizo las tareas en mi mente una y otra y otra vez. Me lo repito a mí misma como si alguien fuese a escucharlo y venir a rescatarme. Días en los que me pierdo en los más recónditos detalles de las cosas, como si tuviera algo de gracia. Después de un rato vuelvo y ya me tengo que bajar. Me gusta llamarlos "de paz", esos días que invento cualquier cosa con tal de no salir. Esas semanas enteras que no tomo llamadas, que no quiero hacer nada más que fumar y tomar mucha coca normal. Pero de paz tienen poco y nada, partículas de paz se diluyen a mi al rededor; pero por dentro es una guerra. Y paso las horas, asesinándolas; sin mucho más. Creyendo que apenas es temporaria esta neurosis callada. Que se me pasa como veo que se viene pasando el tiempo. Sabiendo que en algún momento voy a volver en mí. Y es ahí cuando me recompongo y vuelvo a mi rutina diaria de sonrisas cálidas, salidas graciosas y numeritos de payaso.

0-10-0-10-4-5-6

Hoy, un jueves de febrero a las 2 de la mañana puedo decir como pocas veces que no pienso más en mi ex. No pienso más, listo, fueron lindos momentos. Hubieron un par de buenos recuerdos (martíricos en su mayoría). Otro par angustiantes, pero bueno listo no importa. Lo pasado pisado, ¿no? Asi que, ahora después de haberlo dicho muchas veces en voz alta (porque el que quiere convencer empieza por auto convencerse) creo que sí, que mi ex ya es historia. Que fue una linda historia, pero que fue. Literalmente, fue. Pasado perfecto del indicativo. Listo. Ahora vamos a hacer una lista, reconciderar las opciones (2 -dos-) y bueno, de ahí en adelante. ¿Qué más puedo pedir? De ahí en adelante: una montaña de sensaciones. Bueno, me estoy yendo a la mierda, cierto. Probablemente sea un fracaso de salida en otro fracaso de salida. ¡O le cague una paloma como a ese chabón! Pobre..qué genial (un beso Juanchi, me hiciste acordar!) O por ahí al final de la salida me diga "wanna go Dutch?" (ah otra, thanks for nothing Ryan, have fun in sunny Cali!-forro-). O por ahí lo vea en el taxi de al lado, yendo para el mismo lado (Charly, asumilo, no era que yo era muy inteligente a los 15 años sino que siempre fuiste y serás un terrible boludo..) Pero bueno, nada pierde el que todo lo intenta -o algo así dice la frase, y si no es una frase, debería serlo-. Y si no es una frase, es la fucking historia de mi vida, solo que omitiendo la parte del "nada pierde". Vamos a ver qué sale de dejar atrás una historia tortuosa, de sesiones de diván, a veces parada gritando o rompiéndole la macetita a Andrea (que después de la 4ta que le rompí decidió que no era una buena inversión comprar más y dejó de hacerlo). Está bueno dejar lo enfermo atrás, aunque sea sólo por un rato, cuasi ilusorio, y vivir ahora con nuevo número. Algún que otro nuevo llamado, alguna salida inesperada. Nada de presiones, bien relax, esperando que no te cague una paloma, no me hagas pagar la cuenta o seas un retrasado mental. Te espero de..mente abierta 2010 (a ver si me dejás de mandar putos de una puta vez!)

nouvelle, rien de vague

Así nomás se fue. Y él se quedó pensando, un poco dubitativo porque no sabía qué hacer al respecto. ¿Ir a buscarla..para qué? ¿Esperar que vuelva..con qué fin? Entonces por un minuto en el tiempo se congeló la imagen y supo que era la última vez que la iba a ver. Se secó las lágrimas y con su paso lento pero firme emprendió la vuelta a su casa. No estaba tan lejos pero ya sentía que la extrañaba. Tenerla cerca era lo único que lo había hecho sentir en casa en mucho tiempo. Saber que probablemente no la iba a ver más le preocupó los primeros..tres días. Después se fue deshaciendo de su imagen, de su olor; se deshizo hasta del regalo que le dejó. Un poco más reflexivo se tornó cuando vio que cabía la posibilidad de visitarla. Y ella lo apuraba, lo apuraba. Se sintió un poco ahogado y desistió. También suponemos que se había cansado o que había encontrado a otra más interesante.
Y pensar que ella se quedo con la espina esos tres días..y otros dos años más.

besoin de toi

¡Ah! Pero qué complicado. Qué tediosa se hace la tarea gris, de escritorio y traje de esperar al lado del teléfono a que llames. Qué larga. Igual la hago de manual, sentada, con las piernas cruzadas y las manos apoyadas sobre la mesa. Haciendo relámpagos con las uñas contra la mesa, mientras marca el ritmo el reloj. ¿Cuán difícil es que levantes el teléfono? No me quiero imaginar cómo sufrían las mujeres antes de tan genial invención. De cualquier manera, yo sigo acá y mi tormenta de pensamientos y uñas me está sofocando. Creo que voy a salir al jardín un poco, me va a hacer bien. Agarro un cigarrillo mientras voy hacia la puerta y pienso..¿qué pasa si llama y estoy afuera? Me digo a mi misma que es una boludez, no va a llamar JUSTO en el instánte en el que salgo. Igual podría sacar el teléfono, o acercarlo a la puerta y dejarla abierta, ¿no? No lastimo a nadie de última, pienso. Sin saber que la única a que lastima ese teléfono es a mí. Me desdigo y vuelvo a decir en un segundo..¡qué poca cordura en esta cabeza! ¿cómo voy a sacar un teléfono? Ya decidida agarro los cigarrillos y salgo. Creyendo que de esa manera me voy a poder distraer mirando los pájaros o contando las flores. Pero no, cada pitada me recuerda al tiempo que pasa y se consume. Me recuerda que debería estar adentro, esperando el llamado. Entonces, a los 4 minutos vuelvo. Y seguís sin llamar. Espero, camino por el living, por la cocina, por el cuarto, me tiro en la cama, miro el techo, vuelvo a un costado, escribo. Prendo otro cigarrillo pero esta vez soy conciente de que TENGO que prenderlo adentro, a la suerte no se la puede engañar dos veces. Y vuelvo al living, agarro un vaso, me desvivo en el vaso de agua y me reincorporo con el té. Todavía no llamaste y ya perdí la cuenta de las horas que invertí en esperar tu llamado. Suena el teléfono, ¡ya era hora! Pero no..eran unos amigos para invitarme a cenar. Muy diplomáticamente les digo que me siento cansada, actúo un poco demás para que no se ofendan pero nunca fue lo mio el tetro y cortan. Saben que estoy esperando tu llamado y les irrita. Porque me conocen y saben que bajo ninguna circunstancia sucumbo. Bajo ninguna circunstancia me someto. Bajo ninguna circunstancia. Bajo ninguna circunstancia..excepto esta. Y saben que no soy yo, entonces se enfadan conmigo. Já! Cómo si yo tuviese la culpa! Como si yo manejase lo que pasa! Ojalá fuera yo la reina y dueña de todo esto, de la compañía de teléfonos si pudiera. Pero no, el caso no es ese. Entonces sigo esperando dado que cualquier tipo de plan se ve postergado para, digamos..otro día. Vuelve a sonar el teléfono! Corro, salto el sillón, me caigo y tiro el vaso de agua pero lo importante es que llego al teléfono. Atiendo. Y..oh..ocupado. Bueno, la tercera es la vencida me digo mientras voy a mirarme al espejo. Me voy a probar ropa ya que estoy acá. Y si en algún momento de todos estos creiste que la distracción me había tomado por sorpresa, dejá de creerlo. En ningún momento, desde el sillón hasta el tropezón (que no es caída), dejé de pensar. En pensar qué dirías si me vieses en esta situación, si me acompañarías a la cena, si comentarías sobre lo que me estoy probando.
Cualquiera diría que es desesperación, y en parte algo de eso tiene. ¿Ansiedad? Puede ser..pero no. Ninguna de estas. La realidad es que simplemente no puedo ni conmigo misma y mucho menos puedo contra vos.

jueves, 11 de febrero de 2010

R.

Una medida un poco más precisa,
más cuantificable para ser precisas.
¿un metro de amor? ¿3 kilómetros de amor?
¡No!¡Ya sé! Media docena de amores.

En plural y para pasar el rato.
De a seis que vayan pasando.
Que se peleen, que se vayan
y al final del día que quede uno.

Un algo que ya se veía venir,
que predijo más de un duende
y dos o tres hadas.
Un algo que se huele, se siente y se palpa.

Porque no debe ser cosa mía nada más,
si el resto del mundo lo ve debe ser porque está.
Y si sólo está en mi cabeza,
fue un buen flash.

Creer que por momentos tu respiración
se agitaba, que te interesabas más que en las demás,
que llegaste a verme
como yo te vi.

Por ahí te decidas un día de estos:
de improvisto me cierres con un beso,
me abras con tu mano.
Y te de mi corzón de cuajo y goma.

martes, 9 de febrero de 2010

qué soy

Que si soy como me visto,
estamos en problemas
porque cambio todos los días
y de acuerdo a mi humor
elijo un par de fijos por temporadas.

Que si soy lo que digo,
no me lleves el apunte
porque en discuciones
mis argumentos se los lleva el viento
y cambio de opinión por estaciones.

Que si soy por como hablo,
se me pegaron muchas cosas
en el camino,
y en el fondo del tintero podés
llegar a encontrar muchas otras.

Que si soy lo que como,
podría estar toda la vida
a milanesas y no notarlo;
me da igual si es regional,
paki, hindi o japonés.

Que si soy con quien me junto,
soy una hippie de Plaza Francia,
un concheto de San Isidro,
una trola poco arrepentida
y un pseudo intelectual.

Que si soy lo que consumo,
podés encontrar nacional,
extranjero, tulipanes,
antigüedades, modernidades
y muchas excentricidades.

Que si soy lo que leo,
hay artículos de búfalos,
ensayos y apuntes,
historias cortas y cotidianas,
novelas largas y existencialistas.

Que si soy lo que esucho,
soy un híbrido entre
un pop bien basura, un grunge deprimido,
un alternativo como primera opción
y una base de electrónica.

Que si soy lo que me gusta,
es un Giza en París,
un chocolate blanco en rama
bañado en negro.
Una noche sin sueño y un inverno con vos.

Que si soy mis elecciones,
nunca fui buena eligiendo
y siempre me quedé con el feo,
el malo y el peor.
Vedo al bueno una y otra vez.

Que si soy lo que dejo en otros,
no sabría muy bien por dónde empezar:
malas impresiones, peleas con altura,
despertadores matutinos, idas vespertinas.
Coladores de luz o una simple fuga.

Que si soy lo que ignoro,
es mucho, bastante y
a veces diría que demasiado.
Sobre todo en materia doméstica
y de física cuántica; sí, al mismo nivel.

Que si soy lo que callo,
no otorgo en abundancia.
Porque pocas veces lo hago y lo guardo.
El candado mucho no lo busqué
pero definitivamente no lo encontré.

Que si soy lo que pienso
es una mezcla de meritocracia,
huracanes de ideas, ropa,
fundamentos quebrantables,
honores de polvo.

Que si soy lo que siento,
es pasión ante todas las cosas.
Necesidades y urgentes ganas,
todas aplacadas.
Guerras constantes entre mi yo y ellos.

Que si soy lo que veo,
son mis cuadros preferidos,
las fotos de mis amigos,
lo bueno en la gente.
Los detalles del andar.

Que si soy lo que creo,
soy un fiel seguidor de Alá,
en todas sus formas
y en ningún lugar..
y probablemente de muchas mierdas más.

Que si soy lo que escribo,
nunca se sabrá.
Son borradores de lo que está,
con mucho de lo que quedó
y con poco de lo que va a pasar.

lunes, 8 de febrero de 2010

estoy pidiendo cosas muy básicas..

Me gustan altos, pero no gigantes..necesariamente más altos que yo. Que les guste el cine, los libros, la fotografía; cualquier tipo de expresión artística está bien. Me asusta que se pongan a llorar sin consuelo frente a un cuadro. Me gusta que hablen y se sientan cómodos; pero que no al punto de que se tiren un pedo en un restorán. Me gustan medio de barrio tengo que admitir; lo cual no quita que lo del pedo no siga en pie. Me gustan presentables para mis amigas; si no pasa el control de calidad estamos complicados. Me gustan los que se conectan con sus sentimientos; pero me preocupa si lo único que hacen todo el día es tocar la guitarra y escribir. Me gustan los desaliñeados bien; y corro si tardan en arreglarse más que yo. Me gustan los que se bañan, eso es importante aclarar porque muchos pierden la costumbre. Y no me importa si salimos hace 28 meses, bañate igual gordo. Me gusta que sean espontáneos, pero que no canten desde la calle totalmente ebrios a las 4 de la mañana lo mucho que me aman (cuando..no estoy encima). Me gusta que no caigan en la rutina y me sorprendan, no saber algo siempre es bueno; pero si tenés un hijo, no me lo digas después de 4 meses en lo posible. No me calienta en lo más mínimo que no sepan cocinar, no tengan auto o no vivan solos; bien me conformo con las sopitas Knorr, un taxi y el roommate o hermano de turno que me tenga que fumar. Me gusta un buen sentido del humor (osea, léase mio: no será "bueno" pero no tolero muchos otros). Me gustan los deportistas; pero si no pueden hacer más de dos frases por contunsiones cerebrales me paro y me voy. Me gustan que sean directos (pero eso porque yo soy muy vueltera); ahora la onda stalker tampoco me va. Me gusta que esté pendiente pero no al punto de sofocarme con sus inseguridades. Me gusta que sea romántico pero perdón si no puedo tener "nuestro tema", eso sólo me da naúseas. Me gusta que coma bien, pero no me gusta cuando atrás de él cierran tenedores libres. Me gusta de vez en cuando un dañadito, siempre me salió bien el papel de heroína. Me gusta que sean apasionados en lo que hacen; pero que no me releguen a un 5to plano. Me llaman mayoritariamente los que se visten bien; pero nada que un día de shopping y un par de regalos disimulados no puedan cambiar. Me gustan los que se toman su tiempo; pero no los que me provoca pegarles en la cabeza para preguntar "hello? is there anybody in there?". Me gusta el que el domingo se junta a jugar al fútbol con los amigos; pero inmediatamente después del fulbito no tengo ganas de verte. Me gusta que, pretendan aunque sea, que les interesa lo que me interesa; o de vez en cuando también es una buena medida pretenciosa. Me gustan porteños porque no tengo que tomar aviones; pero el acento sigue garpando. Me gusta que escuchen cualquier tipo de música; pero tenemos un problemita si lo único que tenés es Néstor en Bloque en el celular. Me gustan los que trabajan, pero no los workoholic (si quería me chapaba a mi viejo, pero no es la idea). Me gustan los que leen; pero lecturas como Harry Potter y Harry Potter only no califican como tales. Me gustan los que tienen hermanitas menores o suchs, no sé porqué siento que me son más compatibles. Me gustan los que se ríen de sí mismos; pero 5 chistes sobre sus fracasos seguidos me la bajan. Me gusta que se hagan chequeos anuales-aunque sea-; pero para hipocondríacos está Woody Allen. Me gustan de cualquier raza, religión y colores; soy pro-etnias, pro-musulmanes, pro-chinos (y tengo un historial que no me deja mentir). Me gustan flacos pero definitivamente nada digno de campo de concentración. Me gusta que se bajen un rato de su nube intelectual o de rioba y que vengan al mundo conmigo. Me gusta que sean hombres; pero no que hablen toodo el tiempo de temas sexuales o escatológicos.
A fin de cuentas, me gustan todos..menos los gays.

emo(ción)

Bien, si nunca jugué a las Barbies fue porque no me llamaban demasiado. Me gustaba más caminar por el patio del jardín donde me divertía ver cómo los otros se divertían o se caían del tobogán. Un par de veces creo que jugué a la brujita de los colores (era la posta de los juegos infantiles en ese momento). Pero si me gustaba más mi mundo no me hace una persona severamente dañada. Después un poco más grandecita no paraba de hablar; hablaba hasta en natación (nunca entendí cómo lo lograba, pero lo hacía). Pero la realidad es que me la secaron las pendejas anoréxicas, los chabones severamente dañados, las minitas inseguras hasta la médula, los flaquitos con demasiada confianza, las pibitas de 13 años que creen que se les va a acabar el mundo y quieren matarse. Loca, flaco: bajen un cambio. Dos minutos. Piensen un poco la cantidad (y la calidad!) de boludeces que dicen por segundo.
Porque después cuando hacen la revisión y miran un poco más atrás en su blog se dan cuenta que no es tan distinto del mio.

martes, 2 de febrero de 2010

#?@!

¿No hay veces que deserías haber mandado todo a la mierda? (trilladísima la situación, trilladísima la frase..)
Pero en serio, ganas irremediables de decir: "no, no lo intentés más, no me entendés, no me entendiste, no te entra en tu cabecita de Rubik lo que te estoy diciendo". De gritarle en la cara a alguien "pero vos sos pelotudo o simplemente tu condición de microcéfalo te está limitando?". Ganas de que todas y cada una de esas personas que nos hicieron la vida imposible en un pasado se diluyan y junto con sus átomos de mierda todo lo que representan, la marca que dejaron. Menester se hace el deseo de que desaparezcan del mundo todas esas personas que ahora nos marcan, ahora nos joden, ahora nos cogen. De escupir en esos lugares sacros que nunca van a servir para nada. De inmolarse en un momento de furia y que nadie lo note nunca y que todos lo recuerden siempre. De usar el freno de mano, no importa la velocidad a la que venías. De poder decir convencido luego de horas de reflexión que nunca va a funcionar, que el mundo está para girar y nada más. Poder maquillar todas esas cosas que dijiste en su momento y ahora te arrepentís. De tener la capacidad de eliminar cualquier tipo de archivo, cuenta pendiente, saldos a favor. Que paren todos por 30 segundos y se callen, treinta segundos pido..no estoy pidiendo demasiado, no es mucho.
Inmediata es la necesidad de estar deambulando un rato sola por el mundo, sin que te pregunten la hora o te digan un piropo.
Me hierven las venas y lo único que me sale en este momento es en una puteada épica.
Un microsegundo de furia condensada en un "andate a la re puta que te parió".

lunes, 1 de febrero de 2010

Me gusta el empapelado ese raro (plotteado) que no es búlgaro pero que se le parece, y las copas que tienen bases cuadradas, y las bañaderas con patas, y los acolchados rosas, los sillones luis XV, las lucecitas esas que van en el arbolito pero de decoración, me gusta tener muchas almohadas en la cama, y ahora no me sale el nombre de los mueblecitos que van al final de la cama, también me gustan las camas que están simplmente en el piso, y me gusta el deck con una hamaca, los cuadernos viejos también y las lapiceras buenas (mi preferida es la Parker roja), me gustan los equipos de música potentes, me gustan un par de prendas que tengo que no cambiaría ni por toda la ropa del mundo, me gusta lo que el Burberry significa para mí, me gustan las noches con estrellas, me gusta la ropa de invierno y los vestidos de verano, me gusta la playa pero prefiero una cabaña en la montaña, me gusta la parte de las costillas de los hombres que parece las branquias de un tiburón también la parte de atrás de los brazos pero no sé porqué, me gusta sentarme con una pierna en indio y la otra flexionada (tampoco sé porqué), me gustan sobretodas las cosas las rosas rosas y las Vespas (nunca supe la conexión, pero hete ahí..), los moños y los volados también me caen bien, me gustan las letras en sí y me gusta cómo las escriben la gente que quiero, me gustan mis cd's y me gusta mi caos de ellos, me gustan las servilletas de tela aunque sean poco prácticas, me encantan las terrazas y los patios, me gusta la arena mojada, me gustan los palitos chinos, todavía no me decido qué me gusta más: si los perros o los gatos (pero creo que van a ganar los canes), me gustan los lofts de ladrillos y las habitaciones blancas, me gustan las cajas con diseños, me gusta la textura de - de vez en cuando- algunas alfombras, me gusta agarrar la fruta y hacer como si supiera si está bien o no, me gusta un vaso de leche a la noche si no me puedo dormir, me gustan los saunas, me gusta la vainilla y las cremas que huelen a vainilla, me encantan las mantecas de cacao, me gustan las pajitas negras, me gustan las calles con recuerdos, me gustan la parte de arriba de los árboles en primavera y la de abajo en otoño, me gustan los pañuelos, el celeste en todas sus formas, las piedras también me caen bien, las máquinas de escribir, me gustan los hogares a leña, me gustan las cucharitas de las heladerías que son medio cuadraditas, me gustan los lomos de los libros que son como de plástico porque son más maleables y entran mejor en las carteras, me gusta el té helado con limón y el frappuccino, me gusta el pelo corto, me gustan las escaleras caracol, me gusta el Early Grey amarillo, los floreros redondos me gustan, los esmaltes oscuros, me gustan los techos altos, me gustan los camisones, me gustan las sopitas que hay que poner en el microondas 1 minuto, me gusta el atún, me gustan las ventanas que se abren de par en par y las puertas doble hoja, me gusta la alacena llena, me gustan las camisas arremangadas, me gustan las heladeras antiguas que se abren con una manija.
Podría tener otoños como me gustan, podría tener mi casa como me gusta, podría seguir con mis obsesiones como me gustan..pero creo que no podría vivir un día sin tu perfume que tanto me gusta..

Me gusta parte II

Me gusta escribir cuando todos duermen y cuando todos viven me gusta dormir, me gustan las reuniones donde conozco a la mayoría, me gustan las buenas cenas con amigos, me gusta acompañar las puertas cuando las cierro para que no hagan ruido, me gustan las siestas en los sillones, me gustan los silencios cómodos, me gusta la calma de un museo pero me asusta el silencio de una bibloteca, me gustan las fotos con mis amigos, me gustan los mensajes que me hacen reir en voz alta y me gusta mantener conversaciones hasta altas horas de la madrugada, me gusta que me crean mayor desde que soy muy menor, me gusta el preciso momento en el que el histeriqueo toma forma, me gustan ciertos acabados estandarizados, me gusta dentro de todo mi quilombo tener una lógica, me gusta la gente congruente, me gustan los gestos por el otro, me gusta acordarme de cosas insignificantes y también olvidarme de cosas importantes, me gusta intentar ser otra sin cambiar ni un poco, me gusta porque a la noche las cosas están implícitas y se perdonan más fácilmente, me gusta ver la tele aunque no haya nada, y de vez en cuando un libro de autoayuda también porque se leen rápido, me gusta fumar y tomar a la vez aunque sea muy de viciosa y me sienta Hemingway en sus últimos días, me gustan los días de zapatilla y los de tacos también, me gustan las cosas espontáneamente sincronizadas, me gustan los buenos recuerdos y me gusta crearlos, me gusta saber cuándo y porqué terminaron las cosas, y tengo una leve fascinación por ayudar al que se está ahogando en un vaso de agua..
Y desde que empecé a escribir esto, no me vi ni en una sola de estas cosas sin vos.