domingo, 3 de octubre de 2010

Errare humanum est

Lo gracioso y patético de esta situación es este momento. Es estar comiéndome la cabeza sola, cual una gran pelotuda. Saber que vos seguís con tu vida, con tu día a día tan divertido ni siquiera te ponés de mi lado ni un segundo. Seguramente ni siquiera pienses qué me pasa ni un minuto de tu puta existencia (que bien puta y bien merecida la tenés). Que de TODAS las personas a las que le comento la situación algo para opinar tienen, como siempre, somos todos en este mundo gran opinólogos de lo ajeno y no movemos el culo ni tres centímetros cuando se trata de algo nuestro. Soy totalmente conciente de que la cantidad de cosas que yo me maquino por segundo en la cabeza no te pasan a vos ni media vez cerca. Que no importa lo mucho que lo quiera verbalizar, no me va a salir claramente. Leo todo como si fuera una especie de acción-reacción, pero como si todo tuviera que serlo. Es muy loco pero no todo tiene que ser analizado seis veces como para que cobre sentido o tenga un fin o tenga un patrón o trates de encontrar una causalidad en las cosas. No todo tiene por qué leerse de atrás para adelante o viceversa, no todo es reversible. Todas las cosas obviamente pueden re-interpretarse a posteriori, eso está claro. No todo está para siempre, no siempre todos están para uno. Uno muchas veces no está para nada dentro de sí y muchas otras no sabe bien quién está dentro de uno.
Otras veces nos arrepentimos de cosas que hicimos, el 90% restante es de cosas que no. ¿Y por qué no me pregunto muchas veces? ¿Por qué no dar el paso? ¿Por qué no seguir adelante? Es el miedo ese que te paraliza los pies y te encalla en pleno cemento. Es ese callar en los momentos claves. Es clave superarlo, no importa lo que sea que nos retiene. Renegar de la posición fácil en la que nos movemos todos los días y estamos sumergidos. De esas poses que tenemos, de las maneras y las formas, que vida hay una sola y hay que bailar..

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