Es que a veces no necesito gritarte al oído, frase sordas que sé que nunca entenderás. Hay veces que necesito que me mires, descrifres lo que se en cuentra en lo más profundo de mi. De mis pensamientos, superpoblados de nada y de nubes. Sí, sobre todo de nubes, de lluvia eterna, repleta de tormentas interminables y relámpagos de acciones sin accionar.
Es que hay veces que mis silencios de lo profundo que son, lastiman; hay veces que lastimo, de todo lo que grito y de lo nada que callo.
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