Se acerca la hora y yo me quedo esperando, al borde, siempre al borde. Se acercan las presiones y yo las evado, siempre de primera. Se acercan las emociones y las niego, hasta que ya caen de maduras. Se acercan las personas y quedan retenidas en la aduana emocional. Se acercan los objetos y se prenden fuego solos, esperando por un segundo no ser olvidados como recuerdos. Se acercan los momentos y se esfuman en la brisa de verano.
Se acercan las estaciones y yo espero, sentada, a que pase el próximo tren.
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