miércoles, 1 de diciembre de 2010

Malos hábitos.

Y aunque lo estés esperando no va a llegar. No va a ser cuando vos quieras, ni donde vos quieras. Va a pasar cuando menos te lo imagines. No va a empezar cuando otros lo titulen, no va a ser cuando vos lo quieras definir. No te vas a dar cuenta y de repente ya vas a estar a 3 horas de capital mirando por la ventana el pasto. Se te va a pasar en un segundo y cuando te des vuelta muy probablemente ya no esté ahí. Vas a jurar y perjurar sobre las mismas cosas y aún así no va a pasar. Vas a insitir, vas a pelear, vas a presionar sobre los mismo botones, pero vas a terminar desistiendo porque no va a pasar. No va a ser cuando yo me acostumbre, no va a ser el día que ceda en algo, no va a estar en una mira cómplice de reojo, no va a entonarse con la frase ingenua sincronizada al azar, no va a ser en una cena con amigos, no va a ser al teléfono con mi mejor amiga. Va a ser cuando menos te lo esperes. Que un día te vas a despertar con alguien y ya no más al lado de alguien.
Y cuando pase, esa va a ser la verdadera invitación al hábito.

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