Me gusta que a veces se me haga complicado estar enojada con vos por más de un rato. Que si me rio es sincera mi sonrisa y que tu llanto lleva mucho de mis lágrimas. Que tengo una sobra de voluntad por verte y una completa falta de interés por volvernos a pelear. Una genuina satisfacción me queda después de cada rendez-vous.
Por adjetiva que me quiera poner y terminológica, en aspectos semánticos y pseudo científicos, hay algo que no me deja. Y son las pocas maneras que hay para describir la sensación que tengo cuando entrás en el cuarto.
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