domingo, 27 de junio de 2010

pero no puedo.

Y me re cago en tu doble discurso constante. En lo que hacés pero no decís, en lo que pensás pero no blanqueás. En lo distinto que te ponés y en lo genérico que sos. Me cago no poder decirte que me cago en vos en tu cara. En que tenga que analizar ocho veces las cosas antes de decírtelas. En que parezca que sobreanalizás cada regalo cuando yo soy la analizada generalmente. Las escenitas que planteás, lo indolente que te mostrás frente a las cosas. Me cago en que no seas para nada mi tipo. En que no te gastes en serlo. En que me dejes bien claro que yo no lo soy tampoco. Y de nuevo me vuelvo a cagar en tu doble discurso. Porque si no quisieras tranquilamente lo podrías verbalizar, digo yo, ¿no? Tenés boca, tenés brazos, tenés sentimientos, tenés pecho. Pero no, preferís dejarme siempre en la puta incertidumbre. En no saber qué vas a creer si digo tal cosa, si voy a quedar en falta haciendo tal otra. Si la gente piensa o la gente dice. Si tu hermano, si mi prima. Si las cosas se terminaran mañana, si nos dejásemos de tratar. Si me dejases de tratar siempre como para lo último, como para lo que "hay que hacer", como una obligación más en tu vida diaria que te pesa. Y que me lo hagas saber, a tú manera y siempre siendo bien diplomático, que te peso. Que supuestamente te busco y alegás con extrañeza las causas a factores exógenos. Como si de lo que estuviéramos hablando fuese una puta ecuación. No, enterate que no. Que en ese caso deberías plantearla entera, sin más de una incógnita excepto el final. No como todo lo que hacés a media, mediocre.
Me cago en que te de paja, y me cago aún más los días que te interesa. Cuando le ponés garra o cuando decidís no comentar nada al respecto. Que no sepa nada de tu parte, en eso me cago pero bien. Bien en el sentido de que el día de mañana que me encuentre con alguien así de cagón en mi vida sepa cómo manejarlo: no haciendo nada. Que es como tú lugar, ¿no? donde te sentís bien cómodo y si alguien aparenta estar intrusando ya saltás. ¡Pero qué bien! qué bueno por vos y por todos los años de vida que te quedan guardados adentro de tu cajita muy divertida, privándote de todo lo que querés por vaya a saber uno qué cosas, estando bien pero bien seguro adentro de tus límites mentales. Bien por vos y por la vida longeva que vas a llevar, sin grandes exabruptos, sin jugártela por nada y mucho menos por nadie. Yo creo que es el miedo, es el miedo al miedo que le tenés, el miedo a lo que digan, el miedo a lo que pase, el miedo a no querer avanzar, el miedo a retroceder, el miedo a decir las cosas de frente, el miedo a que las cosas vuelen por sí mismas, el miedo a no poder controlar todo a tu al rededor, el miedo a que el día de mañana las cosas se vuelvan retroactivas, el miedo a que te activen, el miedo a dejar todo tu privado, el miedo a lo mucho que puede pesar mi pasado, el miedo el miedo. Por lo pronto yo soy yo y no tengo tanto miedo al respecto. Que pase lo que tenga que pasar, el tiempo lo dirá, etc. Pero siendo yo y conociéndote me re cago en vos y en tu miedo.
Y en que me atribuyas todos tus problemas. No, me cago y me vuelvo a cagar en eso, hacete cargo. Hacete cargo por primera y única vez en tu vida y resolvelo por tu cuenta. Fijate qué es lo que necesitás, querés, buscás. No pongás cara de perrito mojado por cada diferencia, no arreglás nada con eso. Te humillás, a mí me hacés quedar como la mala. Que te sofoco, que me ahogo. Me cago en que no aceptés tus errores, tus errores fatales que me viven dejando a mí al filo. Que no pienses, que hagas y no pienses. Que sientas y no lo digas. Que reacciones y no pienses. En que no te decidas también me cago. En que no sepas qué carajo te pasa por la cabeza.
Me cago en que aparezcas cuando tenés ganas, que te vayas cuando querés por la puerta muy poco sutilmente. Tu manera nada saludable de llevar las cosas y de lidiar con situaciones. Tu forma poco madura de tomarte las críticas. Me cago en que intentes hacerte el malo y el frío. Enterate: no te sale. No conmigo. Sólo hacés que noches como estas que me acuerdo que existís, me salga la bronca por los poros y me cague en todo lo que representás. En vos, en tu existencia, en tus manías, en tus pseudo-relaciones, en tus defectos, en tus complicaciones, en tus halagos, en tus miradas; en tu vida.
En noches como esta me da ganas de cagarme en vos.

No hay comentarios: