miércoles, 27 de enero de 2010
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Pero qué bien se siente estar sola. No sé si lo dije antes, probablmente sí. Sin presiones, sin riendas, sin mucho en lo que pensar y nada que reprochar. Sin nadie a quien seguir y mucho menos ser perseguida por. Con ganas de poder gritarlo y de pasarla bien. Con alas en los pies, con ganas de más. Con un torbellino de cosas para hacer y ver. Para atiborrarme de planes (y de una vez por todas concretalos) Para disfrutar de los amigos. Para jugar lento y sacarle el jugo. Para poder salirse de la manada un rato y sentir verdaderamente. Para mirar hacia arriba y solo disfrutar del paisaje. Para descubrir lugares y personas. Para saborear con los párpados cerrados. Para empezar a escribir de donde se me cante en la hoja. Para reafirmarme a mí y a mis gustos una y diez mil veces. Para estar con la gente que adoro en la escarcha. Para tener un momento. Para correr descalzos. Para decir lo que sentimos sin tapujos y dejar la edición para otro día. Para viajar ligeros y parar en cada estación que nos llame. Para dejarnos ir en cualquier pueblo y volver en un café como si nunca hubiera pasado nada. Para querer con laabios, con ganas. Para dejar la imagen que queremos dejar. Para dejar de ser una más del montón para ese alguien. Para entender que estar implica mucho más. Para descifrar momentos y encontrar casualidades. Para definirse en algo y cambiar las veces que se quiera. Para demorar cuando sea necesario. Para marcar libros. Para escribir fin en cualquier parte. Para comentar y no dejar de hacerlo nunca. Para no ser pasivo. Para no dejarse ni llevar ni estar. Para ahorra en palabras y para elegir las batallas. Para ganar confianza. Para respirar. Todo un año de suspiros espero, por menos..no voy.
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