sábado, 24 de noviembre de 2007
Es que no te entiendo. Porque hay veces que sí sentís y otras que no. Unas que mandás besos y otras que simplemente sos frío. Tiene que haber una causal. O a lo sumo un patrón de conducta. No lo llamemos juego de la seducción porque es en vano. Me encantaría saber qué te pasa por la cabeza. Un manual quedaría corto para que me expliques. Quiero una monografía, autor: tú, dedicado a mi. Somos nosotros solos. ¿Porqué tanto problema? Siempre fuimos nosotros solos y no lo querés aceptar. Sería momento de besarnos. Es un gran momento. Pero no sabría cómo hacerlo. Nos fascinamos en silencios incómodos, miradas raras y aún peor, palabras que no quieren salir. Todo vos me fascina, todo yo te encanta. Deberíamos hacer una monografía. Esto que pasa es totalmente irreal. Nos miramos largos tiempos, sin entender que el resto del mundo sigue girando. Me pierdo en vos y ya no sé si quiero saber qué pensás o si quiero sentir lo que pienso. La noche transcurre y no te beso. Podría salvar la noche. Podría ser el héroe de esta noche. Pero no va a pasar porque deberías iniciarlo vos. Pero sos tan complicado. Hay veces que mandás besos y otras que simplemente sos frío. Complicado. Ambos sabemos lo que pasa. Mensajes, noche, llamadas, cines, jacuzzi, salidas, flores, tarjetas, auto. Todo para nada. Porque ambos sabemos lo que nos pasa. Estamos grandes para estas cosas, al menos es lo que me gusta pensar. Quiero saber ya y ahora si no es una simple necedad de mi parte. ¿Quiero querer o quiero quererte? Necesito algo que me diga cuál camino tomar, ser héroe y escribir una monografía o simplemente dejar pasar la noche como los buenos amigos que somos.
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