sábado, 24 de noviembre de 2007
JM
Hay veces que no te entiendo y supongo que esas son las que más me irritan. Tus enojos supongo que los puedo entender o justificar. Pero que no te entienda me desorbita totalmente. No entenderte es de otra galaxia, porque ya nos conocemos tanto que no tiene sentido. Deberías saber lo que me pasa por la cabeza a esta altura, a cada instante que estamos juntos. Debería saber lo que pensás cada vez que me ves pasar. Pero cada día es distinto con vos. Debe ser por eso que no te entiendo. Días con ojos de ternura, de amor incluso de amistad o de confidente. Días en los cuales puedo pasar de largo que el día sigue para vos. Días en los que planteás escenas de celos increíbles. Incluso esos días no te entiendo. Porque si quisiésemos algo, mejor dicho..si quisiéses algo. ¿No podrías venir y hablarlo? Hombres y mujeres maduros venimos a resultar y lo único que podemos hacer es no entendernos. No encontrarte en todo ese mar -ya convertido hace tiempo en océano- de palabras que nunca vas a atreverte a decirme. Ya me pierdo y de a poco me perdés. Porque todo sigue pasando, ese mar-océano sigue fluyendo y yo no me voy a quedar acá. ¿Esperando a qué? A nada. Esperando a que el día que te entiendas, me dejes de irritar, seas maduro y lo hablemos..para luego entendernos y posteriormente encontrarnos. En algún lugar. De repente en algunos años y que me mires a los ojos y me digas que alguna vez me quisiste enserio. Que no quisiste lastimarme ni confundirme. Que todo esto lo hiciste, pero por amor.
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