sábado, 24 de julio de 2010

una palabra que empieza con P

Me pesa, ¿sabés? El cartel de pelotuda, sí, este que tengo colgando del cuello. Me pesa acá y en la China. En realidad le pesa a cualquiera que lo use. Al principio lo negaba, no quería ver que estaba ahí muy vivito y muy coleando. Después con el tiempo aprendí a asimilarlo y a vivir con él. Unos meses después lo estaba llevando con orgullo y casi que lo quería.
Pero ¿sabés? Ahora ya ni lo siento. Ni lo siento en comparación a lo pesado que supo ser- Hay veces que hasta me pregunto si sigue ahí, lo miro y me doy cuenta que está pero por otras razones. Si me pongo esta camiseta es porque realmente la siento, porque me siento una pelotuda y porque soy una pelotuda a conciencia por más de un motivo y en más de una ocasión. Podré ser terca, impaciente, histérica, incomprensible, resentida, egocéntrica, irónica, negadora, pero pelotuda por el sólo hecho de ser pelotuda jamás. No me trae ningún beneficio y no me produce ningún tipo de placer.
Que me hayas tomado por pelotuda puede ser; yo sé que camino, como, respiro y hasta hablo por teléfono como pelotuda, también sé que no soy fácil de distinguir: medio que me camuflo en la maleza de la gente normal que bordea lo pelotudo. Pero te juro-juro que no lo soy. Me doy la cabeza una y otra vez cual pelotuda contra la pared, pero yo supongo que es nada más por eso de que soy terca que te mencionaba antes. Ya hay como cosas que después de hechas me doy cuenta y digo "¡pero qué pelotuda!" después se me pasa, me olvido y vuelvo a hacerlas. Es como un círculo vicioso de la pelotudez, algo que hasta un nene de cinco años entendería. De vez en cuando se es pelotudo al azar y por ninguna razón en especial, se lo es y punto. Después uno se da cuenta y vuelve a repetirse, y al mirarse al espejo grita: "¡pero qué pelotudo!". Mejores son las ocasiones, como esta, que una está medio a la deriva, esperando rescate y se queda gritando sola en medio de la nada. Cuando ya pasada la situación una mira más en retrospetiva se da cuenta del calibre de pelotuda con la que se está hablando. Y hay niveles y niveles de esos; están los que todavía no saben que son pelotudos, están los que lo saben y son doblemente pelotudos por tratar de ocultarlo, están los que lo niegan, están los que van por la calle con cara de pelotudos, están los que se tiran el café hiriviendo encima y estamos nosotros: los consagrados y a mucha honra. Hay una variedad infinita..¡es que somos tantos los pelotudos! Pero quiero decirte que me esforcé mucho para llegar donde estoy, para ser lo pelotuda que soy. Así que así, sin preámbulo más que tu cara, que vengas a pretender destronarme no, no, no, no y no. ¿Vos te pensás que es fácil estar acá? Son años de hacer lo mismo pero un poco distinto siempre, años y años con la famosa "prueba y error" (fuera de que es algo nato, ¿no? también..démosle un poco de crédito a los genes que me preceden y no me dejan mentir).
Y me cansé de que me pese sólo a mí el cartel de pelotuda, porque de última, más pelotudo es el que te lo pone, digo..no? Ese que decide que por determinada actitud o reacción tenés que enfilarte con los pelotudos. Pero no sólo eso, o a lo sumo no simplemente eso, me parece más pelotuda tu actitud con todo. Tu nivel de cero responsabilidad, de asumir las cosas como un adulto, de concentrarte en tantas otras cosas antes, de ser tan PELOTUDO (si se me permite la palabra) en no darte cuenta. Pero vamos! Cuántos años tenemos? Me parece muy de pelotudo tu inmadurez en todos los sentidos posibles. En las conversaciones al respecto, en los movimientos, en tu dejadez, en tus comentarios, en tu actitud constante de "acá no pasó nada".
Pasó. Pasó y hacete cargo. Te digo más: no sólo que pasó y deberías hacerte cargo porque aportaste mucho a la causa, sino que podrías salir de esa pose pelotuda por un rato y decírmelo en la cara.

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