Todavía está el vapor en el baño que de vez en cuando invade el pasillo. La borra de café del desayuno sigue intacta. Todavía quedan un par de cosas tuyas acá alrededor. Las flores que plantaste algunas murieron. Otras pelean para sobrevivir, bien sabés que nunca me llevé bien con la botánica. De las fotos sólo guardé las que me gusta la composición o saliste mal. Varios de los regalos que me hiciste por suerte los guardé en cajas. Ya en el día a día no me pesa tanto tu ausencia. Hoy, sin ir más lejos, no había pensado en vos hasta ahora.
Se siguen pasando las tardes, una tras otra y yo me sigo preguntando: ¿por qué te fuiste si yo todavía te sigo escribiendo?
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