miércoles, 17 de febrero de 2010

Volver

Hay días en los que no estoy extremadamente lúcida. Mejor dicho, días en los cuales ni siquiera estoy despierta. Momentos que aunque lo intente no puedo hacer lamabraes con las palabras y sus signficados. Semanas que soy la inactividad en persona, desmembrando situaciones pasadas, matando neuronas y tiempo al mismo ritmo. Capitalizando; ordeno y jerarquizo las tareas en mi mente una y otra y otra vez. Me lo repito a mí misma como si alguien fuese a escucharlo y venir a rescatarme. Días en los que me pierdo en los más recónditos detalles de las cosas, como si tuviera algo de gracia. Después de un rato vuelvo y ya me tengo que bajar. Me gusta llamarlos "de paz", esos días que invento cualquier cosa con tal de no salir. Esas semanas enteras que no tomo llamadas, que no quiero hacer nada más que fumar y tomar mucha coca normal. Pero de paz tienen poco y nada, partículas de paz se diluyen a mi al rededor; pero por dentro es una guerra. Y paso las horas, asesinándolas; sin mucho más. Creyendo que apenas es temporaria esta neurosis callada. Que se me pasa como veo que se viene pasando el tiempo. Sabiendo que en algún momento voy a volver en mí. Y es ahí cuando me recompongo y vuelvo a mi rutina diaria de sonrisas cálidas, salidas graciosas y numeritos de payaso.

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